Szczęsny, entre la autocrítica y el reencuentro: la charla que desnudó su frustración tras el empate ante el Inter

A veces, los gestos hablan más que las palabras. Tras el vibrante empate 3-3 entre FC Barcelona e Inter de Milán en el Estadio Olímpico, las cámaras del estadio captaron un momento tan humano como revelador: el portero azulgrana Wojciech Szczęsny, de 35 años, mantenía una conversación animada y cargada de emociones con un asistente técnico del Inter en el túnel de vestuarios.

Según detalla el informe, ambos se conocen desde el paso del guardameta polaco por la Serie A, donde defendió los colores de Roma y Juventus. Lo que parecía un simple reencuentro amistoso, pronto se convirtió en una charla profundamente futbolera y autocrítica.

“Me comí ese gol…”

Szczęsny, visiblemente expresivo, utilizaba gestos con las manos para explicar cómo ocurrieron los goles encajados. Todo indicaba que hablaba de las jugadas puntuales que terminaron en tantos del Inter, detallando lo que, a su juicio, pudo haber hecho mejor. El tono, aunque respetuoso, era firme: no se trataba de una excusa, sino de un ejercicio honesto de autocrítica.

Este momento, que pasó desapercibido para muchos, refleja una implicación total del guardameta con el equipo. Porque más allá de los focos, Szczęsny siente que su papel no fue suficiente. Y eso pesa.

La mirada puesta en San Siro

Pese a este momento íntimo y revelador, la mente del portero y de todo el equipo ya está en el Giuseppe Meazza, donde se disputará la vuelta de esta semifinal apasionante. Con la lesión de Jules Koundé, el cuerpo técnico de Hansi Flick tendrá que buscar nuevas soluciones en defensa, mientras espera que Szczęsny recupere la seguridad que mostró en sus primeras apariciones como azulgrana.

Lo que es indiscutible es que el polaco siente el escudo que lleva en el pecho. Su reacción tras el partido no fue de indiferencia ni de resignación. Fue la de un profesional dolido, pero dispuesto a levantarse.

Y quizás, ese sea el tipo de actitud que necesita el Barça para lograr la hazaña en Milán: jugadores que no solo celebren las victorias, sino que también se duelan de sus errores… y aprendan de ellos.