Hay algo de inevitable en la derrota del Barcelona ante el Inter. Aunque el envoltorio fue el de una de las semifinales más emocionantes y surrealistas en la historia reciente de la Champions League, el contenido reveló una verdad ya sabida: este equipo, por muy talentoso que sea en ataque, carece de estructura y equilibrio para competir en la élite.

El 4-3 global a favor del conjunto italiano marca otra decepción europea para los culés, que se despiden con amargura tras haber rozado una final que, en el fondo, solo habrían merecido a medias. Porque, más allá de las emociones, del gol de Raphinha y del espíritu combativo, lo que pesa realmente son los fallos defensivos, que se han convertido en la seña de identidad más preocupante del Barça actual.

En San Siro, el Barça tuvo ventaja, control emocional y fases de buen juego, pero dejó escapar la clasificación por errores —individuales y colectivos— que se repiten con una regularidad alarmante. Los goles de Acerbi en el minuto 91 y de Frattesi en la prórroga no fueron producto de la genialidad rival, sino más bien consecuencia de una estructura defensiva débil, incapaz de aguantar en los momentos decisivos.

Incluso el arbitraje, polémico y considerado desfavorable por buena parte de la afición azulgrana, no puede ni debe servir de excusa. El problema es mucho más profundo. Está en la forma de defender, en la gestión de los tramos finales, en una fragilidad mental que emerge cuando más firmeza se requiere.

Para Hansi Flick ha llegado el momento de afrontar la realidad: el Barcelona necesita una refundación profunda del sistema defensivo. No basta con cambiar algunos nombres. Se requiere una revisión total del modelo táctico, de la preparación, de la jerarquía dentro del campo. Hace falta una defensa que no solo reaccione, sino que lea, anticipe y mande.

Varios jugadores parecen estar al final de su ciclo en el club. Al término de la temporada, se prevé una oleada de salidas, tanto por bajo rendimiento como por decisiones técnicas. Será también un examen de identidad para el Barça, que tendrá que decidir entre una continuidad frágil o una discontinuidad regeneradora.

Mientras tanto, el Inter celebra con justicia. Supo resistir, esperar su momento y golpear. Y mientras el Barcelona busca respuestas entre los restos de otra eliminación dolorosa, los nerazzurri avanzan hacia una final que promete ser histórica.

Sezione: Opinìon / Data: Mi 07 mayo 2025 a las 15:00
Autore: Stefano Bentivogli
ver lecturas
Print