Fue una noche loca, frustrante por momentos y electrizante en muchos otros.
Aunque el FC Barcelona volvió a caer en una semifinal de Champions League, esta vez lo hizo dejando el alma en el campo. Pero hubo un responsable claro del desenlace: Ronald Araujo.

El central uruguayo, que no ha convencido a Hansi Flick como titular y que lleva meses flirteando con otros clubes, volvió a demostrar por qué Íñigo Martínez le ha quitado el puesto.

En una remontada épica, tras levantar un 2-0 por segunda vez en una semana contra el Inter, el Barça se ilusionó. Pero en el tiempo añadido, Araujo no logró colocarse entre Acerbi y la portería. El veterano defensor italiano, con 37 años y siendo el más mayor en el campo, empató con una facilidad pasmosa.

Y el cuarto gol de los italianos también pudo evitarse. Araujo estaba ahí, a un paso, pero se quedó quieto, como una estatua, mientras el balón pasaba junto a Wojciech Szczesny sin que él siquiera intentara bloquearlo.

No olvidemos que fue también Araujo quien fue expulsado frente al PSG en la edición anterior, sepultando las opciones del Barça de seguir avanzando. La historia se repite.

A diferencia de otras ocasiones en grandes noches europeas, esta vez el Barça luchó hasta el final, dejando atrás fantasmas de eliminaciones donde desperdiciaron ventajas de tres goles. El equipo se vació físicamente.

En una noche diferente, Yann Sommer no habría sacado balones imposibles, Lamine Yamal no habría dado al palo y el Barça habría merecido estar en la final. Pero encajar cuatro goles más, para un total de 24 tantos recibidos en 14 partidos de Champions (1,71 por partido), es inaceptable. Ningún equipo con esas cifras ha llegado a la final. Y el Barça no iba a ser la excepción.

Es otra campaña europea que se recordará como una oportunidad perdida, una más.
La única pequeña satisfacción fue el nivel de entrega del grupo, con Frenkie de Jong y Lamine Yamal brillando, Gerard Martin firmando su mejor actuación con el primer equipo y un Eric García que marcó un gol que jamás olvidará.

Sin embargo, todos sus esfuerzos fueron en vano. Y quizás este partido haya sido el punto final en la etapa de Ronald Araujo en el club.
Su liderazgo y rendimiento ya no convencen, y esta semifinal puede haber sellado su destino.

Ahora, con un Clásico a la vuelta de la esquina, no hay tiempo para lamentaciones. Si el Barça pierde también ante el Real Madrid, la crisis se trasladará a La Liga y la temporada podría acabar hundiéndose por completo.

Sezione: Opinìon / Data: Mi 07 mayo 2025 a las 12:00
Autore: Stefano Bentivogli
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