Flick estalla contra el calendario: “Parece una broma, es insostenible”

Hans-Dieter Flick no se mordió la lengua. En la previa de un nuevo compromiso liguero del FC Barcelona, el técnico culé expresó su profundo malestar por la organización del calendario de LaLiga, especialmente en lo que respecta a los horarios de los partidos. Aunque aclaró que no busca excusas ni pretende quejarse por sistema, dejó muy en claro que la situación actual es, a su juicio, "insostenible".

“No quiero generar excusas ni quejarme. Puedo estar contento porque no jugamos el domingo a las 14 ante el Valladolid, pero… ¿por qué no podemos jugar a las 18?”, se preguntó Flick visiblemente molesto. Y añadió con ironía: “Me gustaría ver al tipo que organiza los horarios porque parece una broma”.

El técnico alemán puso el foco en una problemática que afecta a todos los equipos que compiten en torneos internacionales, pero que —según su visión— en España se gestiona con escasa sensibilidad: “Si tenemos éxitos en Europa, la Liga Española se beneficiará. Me quedo sin palabras porque es insostenible. Cada Federación se preocupa por sus equipos. A ellos les da igual el descanso y que los jugadores se acuesten a las 5 de la madrugada”.

Flick también aprovechó para señalar que este tipo de decisiones no solo afectan el rendimiento de los jugadores, sino también la imagen del fútbol español a nivel continental. “El calendario debería proteger a los clubes que representan al país en Europa. No es un capricho, es una cuestión de competitividad y salud física”, insistió.

Con la fase decisiva de la temporada en juego, el Barça se encuentra compitiendo en varios frentes, y el desgaste acumulado puede marcar la diferencia en partidos clave. Las palabras de Flick no solo reflejan una preocupación puntual, sino un reclamo estructural que ya han hecho otros entrenadores en años anteriores.

El mensaje es claro: el Barça quiere competir al máximo nivel, pero para eso necesita condiciones mínimas de recuperación y planificación. Flick lo dejó claro. Ahora, la pelota está del lado de los organizadores.